BICENTENARIO DEL NATALICIO DE EZEQUIEL ZAMORA
Ezequiel Zamora Correa es uno de los venezolanos más de aquellos que vinieron al mundo en los años tormentos de la gesta emancipadora, que en el caso nuestro se concretó definitivamente en el 1823, luego que el 24 de junio de 1821, Bolívar triunfara en la Batalla de Carabobo y dos años más tarde se libran las batallas del Lago de Maracaibo (24 de julio de 1823) y de puerto Cabello ( entre el 7 y el 10 de noviembre de 1823), cuando nuestro territorio es totalmente liberado, precisamente por José Antonio Páez, quien derrota al último jefe español Sebastián de La Calzada, quien por mera casualidad, fue el segundo de Miguel de La Torre en la batalla de Mucuritas (28 de enero de 1817).
Los padres de Zamora fueron Alejandro Zamora y Paula Correa de Zamora, lo que le dio la identidad de Ezequiel Zamora Correa. Fue el segundo de los seis descendientes de esa unión. Otros dos varones y tres hembras complementaron la prole. Antonio, el primero, y luego vinieron Carlota, Genoveva, Raquel y Gabriel fueron sus nombres y siguieron en ese orden.
En el 1821, el mismo de la Batalla de Carabobo, murió el padre de Ezequiel, Alejandro Zamora. Fue una de las miles de bajas de los patriotas. A los cuatro años, en el 1825, la viuda, Paula Correa se vino a Caracas con su prole. En la capital, el niño, de apenas ocho años es inscrito en la escuela de primeras letras, regentada por el maestro Vicente Méndez.
Esta escuelita estaba situada en lo que constituía entonces la sede o Casa Municipal, en la esquina de Las Mercedes, que es precisamente donde se encuentra la Iglesia de Las Mercedes, que históricamente, tiene su peso específico en el marco de nuestro historial patriótico, pues, fue allí donde el padre José Félix Blanco llegó corriendo con su sotana levantada en búsqueda desesperada del padre José Cortés de Madariaga, en la mañana del 19 de abril del 1810, cuando los planes ya trazados y en pleno desarrollo, amenazaban con fracasar. Ya sabemos que el padre Madariaga, se dirigió con Blanco hasta la hoy Casa Amarilla y tuvo la osadía de señalarle con su mano derecha a la muchedumbre reunida en el escenario de lo que después del 1874, va a ser la Plaza Bolívar, que no, cuando el Capitán General Vicente de Emparan y Orbe, les consultó si querían que él los siguiera mandando… sabemos que la respuesta fue ¡no!..
En nuestra institución se compartió con los estudiantes una hermosa producción fílmica titulada Zamora, Tierras y Hombres Libres.
Los padres de Zamora fueron Alejandro Zamora y Paula Correa de Zamora, lo que le dio la identidad de Ezequiel Zamora Correa. Fue el segundo de los seis descendientes de esa unión. Otros dos varones y tres hembras complementaron la prole. Antonio, el primero, y luego vinieron Carlota, Genoveva, Raquel y Gabriel fueron sus nombres y siguieron en ese orden.
En el 1821, el mismo de la Batalla de Carabobo, murió el padre de Ezequiel, Alejandro Zamora. Fue una de las miles de bajas de los patriotas. A los cuatro años, en el 1825, la viuda, Paula Correa se vino a Caracas con su prole. En la capital, el niño, de apenas ocho años es inscrito en la escuela de primeras letras, regentada por el maestro Vicente Méndez.
Esta escuelita estaba situada en lo que constituía entonces la sede o Casa Municipal, en la esquina de Las Mercedes, que es precisamente donde se encuentra la Iglesia de Las Mercedes, que históricamente, tiene su peso específico en el marco de nuestro historial patriótico, pues, fue allí donde el padre José Félix Blanco llegó corriendo con su sotana levantada en búsqueda desesperada del padre José Cortés de Madariaga, en la mañana del 19 de abril del 1810, cuando los planes ya trazados y en pleno desarrollo, amenazaban con fracasar. Ya sabemos que el padre Madariaga, se dirigió con Blanco hasta la hoy Casa Amarilla y tuvo la osadía de señalarle con su mano derecha a la muchedumbre reunida en el escenario de lo que después del 1874, va a ser la Plaza Bolívar, que no, cuando el Capitán General Vicente de Emparan y Orbe, les consultó si querían que él los siguiera mandando… sabemos que la respuesta fue ¡no!..
En nuestra institución se compartió con los estudiantes una hermosa producción fílmica titulada Zamora, Tierras y Hombres Libres.
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